viernes, 23 de octubre de 2009
jueves, 8 de octubre de 2009
Esclavismo, siempre
Pureza
A veces me gustaría volver a ese estado de pureza infantil en el que las ideas surgían de manera natural, y no porque me fuesen impuestas de alguna manera. A esa blancura desprovista de cualquier tipo de prejuicios culturales y malas costumbres. Me gustaría regresar a ese constante e inocente cuestionamiento de la vida. Al curioso “¿Por qué?”, no a la exaltación de la autoridad paternal y tampoco a las respuestas mal fundadas de mis maestros y familiares (mucho menos a los “Porque sí”). Desearía dejar atrás a ese mecanismo ideológico en el que prosperan las banderas y las etiquetas, que si bien parten de sentimientos puros y naturales, a veces se desvirtúan y acaban en cosas totalmente antinaturales. No tengo nada en contra de aquellos ideales que me mueven la vida, pero de vez en cuando me siento saturada por aquellas pasiones, y pienso “¡Dios, cuándo era niña todo era mucho más simple!”.
PS: Por eso adoro a los niños y a los animales. Aún no fueron arruinados por la cultura. Al menos no del todo.